Mañana cumplo mis primeros 30. No es algo que me haga
mucha ilusión… pero tampoco hay que hacer un drama. Yo me veo como siempre, aunque
ya no sé si eso es bueno o malo.
No sé si os pasa cuando os metéis en Facebook que veis a
gente del colegio, con quien habéis mantenido poca o ninguna relación desde
entonces, y os metéis en las fotos (reconozcámoslo, a cotillear, quien diga lo
contrario miente). Lo primero que decís es… Ostras! No puede ser… Y entonces, con tu risa más perversa piensas…MUAJAJAJAJAJAJAJA, qué mayor está, parece
que tieneeeee… pfffffff!!
Pfffff.
Parece que tienen treinta, como tú. Sus caras son de
mujeres, sus peinados, sus estilos... ¿Y los tuyos?
Es entonces cuando estás en el supermercado haciendo la
compra y una señora (pero señora de verdad, de por lo menos 40 años) le dice al
niño, refiriéndose a mi… deja pasar a la señora. Tú te dices: A veeeeeer, espera, que me quito yo también para que pase la señora. Y te giras, pero no hay ninguna señora. Bajón.
Miras al niño con odio. Miras a la señora con más odio todavía. Pues si yo soy
una señora, tú que c*** eres? Bah.
El caso es que los síntomas son inequívocos. Sales de
fiesta… y ya no aguantas igual. Vas de tiendas… y te apetece vestir más mejor. Vas
al parque de atracciones… y te mareas en la montaña rusa. Sacas la ropa del año
pasado… y no entras en los pantalones (la ropa encoge de un año para otro, que
diría mi madre… pero tú sabes que no, que tu cuerpo está mutando). Pero la
señal más innegable de todas, al menos en mi caso, es que empiezo a sudar como
mi madre. Por la cabeza. No puede ser, pero es.
Supongo que lo importante es sentirse joven, pero… eso
tiene un límite. No quiero ser de esas señoras que te compran algo de ropa y de
paso se compran ellas el mismo modelito, la misma talla. A una de las dos no le
va a quedar bien, y no va a ser a mí. No te digo más.
En fin, supongo que los 30 tendrán también sus cosas
buenas, pero aún tendré que esperar para verlo…
Es entonces cuando estás en el supermercado haciendo la compra y una señora (pero señora de verdad, de por lo menos 40 años) le dice al niño... a ver, reina, dejemos las cositas claras. Voy a cumplir la cifra de 43 años dentro de unos días. Y que sepas desde ya que yo NO SOY UNA SEÑORA y no lo pienso ser nunca jamás.
ResponderEliminarLa edad no te convierte en señora, prima. Te convierte en VIEJA. Así, sin paliativos.
Pero tú disfruta de tus 30. Y de tus 40, cuando te toquen. Y de todo. Que todas las edades molan mucho. Y si no cabes en los pantalones, te pones falda. Y a vivir¡
A mí lo que me hace polvo es cuando en Madrileños por el mundo y programas similares sale alguna pareja de treinta y pocos años, con dos o tres hijos y que lleva diez años currando en Singapur... Y yo aquí tocando la zambomba y trabajando en Alcorcón XD
ResponderEliminarPor cierto, a la magdalena le faltan unas cuantas velas... Te lo comento por si se te ha pasado :P
Un beso ¡y muchas felicidades!