martes, 31 de julio de 2012

Forever now

Hoy tengo que ponerme moñas.

Este post se puede escuchar con dos canciones:

Una, la oficial: 


Otra, para ponernos tontorrones:



Al gusto del consumidor.

Mi fin de semana podría resumirse con un... ojalá fuese Forever Now.
 
Tengo la suerte de tener una familia postiza alucinante.

Llegar a tu casa de trabajar el viernes monísima de la muerte y 15 minutos después estar en un coche camino a nosabesdónde con ellos no tiene precio. Luego quedan fotos para la posteridad como ésta, con tacones, almohada y nevera de playa…


Es cierto que inicialmente la sorpresa me llevó a un estado de angustia/nervios que no pude evitar, y es que no estar manejando el cotarro y al tanto de todo me agobia, no sé si llevo todo lo que necesito, no sé si lo han preparado bien y no lo disfruto. Es un gusto darme sorpresas y verme la cara contraída de... quiero-mostrar-felicidad-pero-estoy-descompuesta (lo siento chicos). Pasadas las primeras horas (sí, el estado de shock me dura horas, básicamente hasta que sé dónde estoy y cuál es el plan) me relajo.

Llegar a la playa con tus amigos cuando creías que el verano había terminado es el mejor regalo del mundo mundial.

No sé vosotros, pero yo me lo pasé genial. Tendría que haberse podido congelar el tiempo hasta que nos aburriéramos. No sé cómo daros las gracias…

Fue perfecto.



Gracias una vez más por hacerme sentir tan especial. Os quiero mucho.

¿¿Cuándo repetimos??


viernes, 27 de julio de 2012

Ginecólogo


Ayer visité a mis antiguas compañeras de trabajo. Casi todos lo sabéis, pero para los que no, yo trabajaba en una consulta ginecológica. Y qué recuerdos... Era un trabajo a tiempo parcial mientras me sacaba la carrera, como podía haber sido camarera vaya. Pero no, trabajé en la consulta del ginecólogo.

He de reconocer que al principio era “raro”. Pero luego te acostumbras a todo. Bueno, a casi todo…

De todas las pacientes que pasaron por la consulta mientras yo trabajaba allí, aprendí que había dos tipos principales de mujeres: las que van tranquilas y las que van histéricas. El segundo grupo es el más gracioso. Vienen tan nerviosas que no entienden nada de lo que las dices, como si las hablaras en chino, y mientras te miran sonríen, pero tú sabes que no se están enterando. Hasta el punto de creer que están sufriendo un infarto cerebral o un colapso mental. Se paralizan, su cuerpo no les responde,…

Siempre me acordaré del caso más… espectacular que he vivido allí.

Mujer joven, unos 35-40 años. Nerviosa no, muy nerviosa. No era su primera vez, así que ya sabía a lo que venía. Se tumba en la camilla. Todo iba bien, pero en un determinado momento, como estaba con el culo muy al borde de la camilla, el médico le dice… súbase un poquito más hacia la pared

Y entonces ocurrió.



No sé qué pasó por su cabeza, qué extraño contacto hicieron sus neuronas (seguramente el problema fue que no llegaron a hacer ningún tipo de contacto), que la mujer en vez de empujarse hacia arriba un poquito, balanceó las piernas, cogió impulso, las subió para arriba iniciando una maniobra mortal de voltereta hacia atrás sobre la camilla y en pelota picada que terminó cuando, en pleno apogeo y creyéndose (seguro) Nadia Comaneci, se estampó contra la pared de detrás de la camilla, con el resultado de una caída al suelo despatarrada. Sa matao Paco.


Y no te puedes reir… Pones tu mejor cara de póker, fingiendo que no has visto nada (imposible) y la ayudas a levantarse y que despierte de su sueño de gimnasta olímpica. Yo no sabía si aplaudirla y decirla que su técnica para hacer la voltereta hacia atrás era magistral y que la culpa era del doctor, por poner la camilla tan pegada a la pared, o callarme. Opté por lo segundo. Nadie hizo ningún comentario. Ella volvió a sentarse lo más dignamente posible en la camilla y el doctor solo comentó… ¿pero, a dónde iba?

jueves, 26 de julio de 2012

Mutante


Mira que me gustan los X-Men, y si hubiera tenido que escoger me habría gustado ser Lobezno, o Jean, o Tormenta.

Pero no.

Soy alérgica al sol.

Era algo desconocido hasta ahora, aunque en años anteriores ya habían aparecido algunos síntomas...

De pequeña, cuando vivía en Barcelona, me ponía morena con mucha facilidad. Cuando vine a Madrid, la falta de playa hizo que mi piel se volviera más lechosa y me costara más ponerme morena, además de que el moreno nunca volvió a ser como aquel de años anteriores. Ahora, tras perder el hábito de ir a la playa durante varios años, suelo pasar primero por el tono  bogavante para terminar en un tono un pelín más oscuro que el natural de mi piel pero que ni de lejos es un bronceado bonito.

Este año compramos protección del 20. Nos untábamos bien antes de salir de casa (como debe ser) y cada vez que salíamos del agua o empezábamos a notar el sol. No me quemé, y empecé a ponerme morenita enseguida, pero… horror: también empecé a mutar.

La frente empezó a inflamarse por arriba, donde nace el flequillo. Sin haberme quemado ni nada. Al principio solo un poco. Después, César empezó a referirse a la hinchazón como Tu Segundo Cerebro. Mi segundo cerebro iba digi-evolucionando día a día. Primero estaba en la raíz del pelo, más o menos haciéndome parecer algo así...






Luego bajó a ocupar toda la frente, de ahí se colocó entre las cejas, y al final entre los ojos, ensanchando el puente de la nariz y haciéndome tener lo que en mi familia llamamos ojos de león – es muy curioso, se hincha la separación entre los ojos y la zona de los lagrimales dejándote los ojos como si fueran los de un león. Mola, pero mejor para carnaval. Cuando aquello estaba en pleno apogeo y mi segundo cerebro estaba a punto de pedirse una caña para él cada vez que nos sentábamos en una terracita, tuve que pasar por la farmacia a enseñárselo para que me dieran algo. Me mandaron una crema de protección 50 para la cara (ni aunque hubiera estado a 1 kilómetro del sol me habría quemado) e ibuprofeno, para bajar la inflamación. Y de paso que no tomara el sol (¿¡¿estamos locos o qué?!?). Aprovechó para decirme que eso no era nada, que ha visto entrar a guiris mutados en langostino hasta con bigotes.

Pero eso no era todo. No solo me había convertido en Doscerebros.  También en Pulgoso. Shit! Cuando pensaba en que me gustaría ser Lobezno no era para rascarme detrás de la oreja con la pata de atrás...

Mi cuerpo se llenó de sarpullidos. He de decir que años anteriores ya se habían manifestado ante la exposición prolongada al sol, en los brazos y, sobretodo, en las piernas. Pero lo de este año fue una pasada. Y picaba… madre mía lo que picaba aquello. Dedos, manos, pies, antebrazos, brazos, espinillas, muslos, tripa, espalda,… llenos de ronchas coloradas y millones de sarpullidos.

Vamos, guapa guapa.

Lo mejor era encima estar rodeada de alemanas rubísimas, guapísimas, altísimas, pechugonísimas y con culos perfectos. Por lo menos César no tuvo mucho tiempo para mirarme y darse cuenta de en lo que me estaba convirtiendo…

El segundo cerebro desapareció un par de días antes de venirnos. Las ronchas todavía las luzco, aunque me quedan pocas.

¿No podría ser alérgica al polen, como todo el mundo?

miércoles, 25 de julio de 2012

Cienpies

En Fuerteventura, sobretodo si las temperaturas rondan los 40ºC, la variedad de fauna es espectacular, más aún por la noche y si la puerta del apartamento tiene una holgura de un dedo con el marco.

Levantarte cada mañana deseoso por saber qué te encontrarás en la cocina, la entrada o el baño, no tiene precio. Menos mal que iba con Tarzán. No sé qué hubiera hecho si no.

No os daré la lista detallada de insectos tamaño jurásico que pulverizamos. Pero es que yo nunca había visto un cienpies. Hasta esa noche.

Después de derrotar por enésima vez a César – no tiene ningún misterio ganarle después de que se beba 4 gin tonics – al Rumi, me levanté para ir al baño. Me quedé a mitad de camino, porque vi una cosa negra huir de la cocina hacia la entrada y desaparecer en el baño. Le dije a César… creo que hay una cucaracha en el baño… Y entonces, mi machomán (curioso nombre para alguien que corre más que yo cuando ve un bicho) agarró la zapatilla y fue para allá. Lo intoxicó con ambientador y cuando el bicho, que corría como un demonio, se sintió acorralado en el baño, se dio la vuelta mientras sonaba...chananananaaaaaaaaaaaa...uaaaaaaang uaaaaaaang uaaaaaaang... (www.youtube.com/watch?v=h_zeiKrRTuk), le miró desafiante y avanzó hacia él para atacarle salvajemente armado con sus cientos de miles de millones de patas (esta es la versión que me ha contado César, yo verlo con mis propios ojos no lo vi, así que es posible que no fuera exactamente así…). Afortunadamente, un solo zapatillazo fue necesario para que no quedara de él más que polvo.

Y entonces, cuando creímos estar a salvo, cogimos el móvil y buscamos en internet qué era semejante criatura del infierno. 

Un cienpies, tal que así...



Buscar en internet de qué es capaz un bicho, de noche y a punto de meterte en la cama, no es buena idea. Resulta que los cienpies nunca van solos. Como los alacranes y los escorpiones, siempre van en parejas (OMG!) y su pareja iba a estar ahora muuuuuuuuuy muy enfadada. Su picadura puede ser mortal (supongo que si se trata de un cienpiesaurio sí, pero en este caso lo dudo) y en el mejor de los casos, como la de una abeja. Eso ya me daba más miedo. Ya os he contado mi fobia a las avispas/abejas/similares. Puedes decirme que la picadura puede ser mortal, pero no me digas que va a ser como la de una abeja porque me descompongo. Pusimos el apartamento patas arriba (bueno, si nos ajustamos a la realidad, César puso el apartamento patas arriba. Yo puse mis patas arriba de la cama por si acaso) buscando a la pareja del maltrecho cienpies, esperando un ataque a traición en cualquier esquina para vengar a su amado.


Dormimos con la luz encendida, no os digo más.

martes, 24 de julio de 2012

Paraíso


He vuelto del paraíso. 

La mayoría de los que me leéis ya sabéis de qué hablo. Fuerteventura.

El año pasado (somos repetidores, y mientras se pueda creo que lo seremos por muchos años) nos hizo mucho viento. Las sombrillas volaban por los aires, las toallas desaparecían cubiertas por la arena. Era tan fuerte que la arena picaba en la piel como si fueran agujas. No exagero. Total, que hubo días que ni pudimos bajar a la playa.

Pero este año… madre mía, ¡qué maravilla! El mar era una balsa. El agua cristalina. Ni una gota de viento, si acaso una brisita (de agradecer) para aliviar el calor sofocante… ¡¡¡42ºC!!! ¡¡¡En Canarias!!! Increíble, pero cierto.  Ehto eh fuego, mi rey! es lo único que repetían los canarios.

La playa es larguísima, de arena fina. Pasado el faro se convierte casi en una playa virgen, con un poco más de viento, pero donde puedes estar prácticamente solo. Tan solo tan solo que la siguiente sombrilla a lo mejor está a 200 metros. ¡¡¡Puedes correr por la arena con el culo al aire sin que nadie se entere!!!

Lo que os digo, una maravilla.

Nosotros vamos a la zona de abajo, Morro Jable. El rollo es muy tranquilo: familias y parejas, en un 90%  alemanas. Creo que la parte de arriba (Corralejo) tiene más ambiente, pero no lo cambio por esto.

Os dejo algunas fotitos para que lo veáis.









A ver si a lo largo de la semana os cuento algunas peripecias con la fauna de allí (que hemos conocido bastante) o mis mutaciones por el sol, y os reís un rato.

¡Hasta mañana!

sábado, 14 de julio de 2012

Hacer la maleta y no morir en el intento

Me voy de vacaciones, una semanita. Y llevo toda la tarde haciendo y deshaciendo la maleta. 

Que desesperación. 

Yo quiero pensar que a todas nos pasa lo mismo. A César desde luego no. Lleva lo imprescindible. Para 7 días. Apostaría todo a que sabe qué va a ponerse cada día, y así es como hace la maleta. Luego me manda una foto: todo bien dobladito... bien colocadito... la maleta cierra sin forzar... le sobra espacio...

Le odio.

Yo, haciendolamaleta_v1.0, selecciono la ropa que más me gusta y más cómoda. La pongo encima de la cama. En total: 8 bikinis, un cesto de mimbre para la playa, toalla, chanclas, 2 bermudas, 1 pantalón largo, 14 camisetas, 4 vestidos, una chaqueta, 3 pares de sandalias, la cámara, el trípode, las gafas de buceo y el tubo, neceser, pijama, ropa interior y 2 bolsos. Sé que no cabe, pero con la esperanza de estar equivocada empiezo... 

... y acabo pronto. El cesto ocupa media maleta. Sólo caben la cámara, la toalla y los vestidos.

Me da la risa floja en el salón con mi madre. 8 bikinis. 7 días. Nos descojonamos.

Yo, haciendolamaleta_v1.1. Me siento delante de la maleta. La miro. Suspiro. Saco los bikinis, y descarto dos (wow). Quito un vestido también (estoy que lo tiro). El trípode lo llevará César. La maleta podría cerrarse tal cual está, pero voy sin neceser y sin sandalias. Uy, y sin cámara, que me la he dejado fuera. Pffff...

Me voy a comprar unas revistas para mañana y así me despejo.

Yo, haciendolamaleta_v2.0. Ha sido buena idea ir a por revistas. La InStyle lleva de regalo un cesto de playa, superfino, doblado no ocupa nada... Toma! No la he leído nunca, pero me la he comprado. Saco todo de la maleta y vuelvo a empezar. Lo del bolso ha sido buena idea. Ahora sí. 6 bikinis, toalla, chanclas, un par de sandalias, unas bermudas, 10 camisetas, 2 vestidos. Pijama, ropa interior, cámara, gafas de buceo, tubo, un bolso y neceser. 



Que satisfacción...

Es hora de acostarme, mañana hay que madrugar mucho. Y cerrar la maleta. Deseadme suerte!

viernes, 13 de julio de 2012

La nevera

Ayer llegó la nevera nueva.

Eso en mi casa es un fieston. Hace como 15 años que no teníamos nevera nueva, pero es que en particular esta última era muy pequeña. Tan tan tan pequeña que meter o sacar algo era un trauma.

Cuando mi madre pide que saquemos algo para cenar (ella tiene la habilidad de escaquearse, siempre, astuta y rápida liebre), mi hermano y yo siempre tenemos la misma conversación. Sacalo tú. No, tú. No tú. Y así hasta el infinito. Se te quita hasta el hambre sólo de pensarlo. Mejor me hago un colacao.

O cuando volvemos de la compra con congelados como para sobrevivir a un ataque zombie durante un año, tú vas y abres tan contenta el congelador (la conversación anterior ha terminado contigo guardando los congelados) y resulta que está lleno. Se te desencaja la cara, se te revuelven las tripas. No puede estar pasando esto. Y entonces te acuerdas del dicho: hace falta ser ingeniero para meter esto. Es mentira. Dos ingenieros, DOS!, somos. Pero no hace falta ser ingeniero. Lo que hace falta es una nevera más grande. El caso es que cuando terminas, el congelador es una caja a presión, hasta el punto de tener que poner cinta de embalar en la puerta para que no se abra. Os lo juro. Pero terminas, y te sientes taaaaan satisfecha... Y entonces es cuando te ríes para tus adentros... yo he sido la pringada que lleva hora y media metiendo todo, pero tú vas a ser el tolai que tendra que abrirlo luego para buscar cena. Muajajajaja. MUAJAJAJAJAJA.

Pero todo eso se acabó. El combi llegó a mi casa. 

oooooooooh!!!
Tres amplios cajones en el congelador. Tres!! Uno para la carne, otro para el pescado, y otro para varios. OMG, varios!!! Se me saltan las lágrimas de la emoción. So-bra-es-pa-cio. Sobra espacio!!!! Si busco un filete sé donde está. Abro el primer cajón y lo cojo. Si quiero una pizza abro el segundo cajón y la cojo. Así, sin pensar. Sin resolplar, sin tener que cancelar planes para pasar la tarde sacando todo buscando el bacon.

Creo que Rodri y yo estaremos aún unos días yendo a la cocina solo a comprobar que sigue ahí, que no ha sido un sueño. Sentarnos delante de la nevera, abrir los cajones. Cerrarlos. Solo por el placer de verlo. Esto es vida...

jueves, 12 de julio de 2012

Cupcakes

Me encantaría decir que las he hecho yo... pero mi única relación con ellas fue para comérmelas.


Cómo me gustan las cupcakes, madre mía! Estas me las regalaron mi cuñada y mi chico por mi cumple. Estaban deliciosas, y eran taaaaaaaaan bonitas!!


Las compraron en Happy Day Bakery Coffee, una perdición! Os dejo su web: www.happydaybakery.es, son una maravilla  las cosas que hacen, y la tienda es preciosa. Encima venden online!!!


Siempre he querido montar una tiendecita de este tipo, si supiera hacerlas bien... Pero no! Mi mejor versión ha sido ésta:


No tan horribles como los mierdons, pero tampoco tan bonitas como deberían ser...Y encima mutantes!
Creo que cuando me haga mayor seré de esas señoras que huelen a bollo, que duermen con el delantal puesto, con el horno funcionando 14 horas al día y repartiendo magdalenas y galletas a todo el mundo porque las produce en masa.  MMMMMMMM... estoy salivando.

lunes, 9 de julio de 2012

Russian Red


El viernes por la noche, Russian Red dió un concierto en Madrid con Jero Romero en el Teatro Circo Price. He de decir que yo voy más como acompañante que como fan, el fan de verdad es César.


Russian Red es una cantante que tiene algo especial. Pueden gustarte más o menos sus canciones, pero tienes que reconocer que tiene un "algo" que en directo engancha. Sin embargo, a mi este concierto me pareció más flojo que el que fuimos hace unos meses. De aquel, que fue el primero, salí alucinada. Esperaba que fuese un rollo (su música no me apasiona, una canción vale, pero escuchar más de tres me aburre...) y el directo fue una sorpresa. Tiene una voz muy muy bonita, y sus gorgoritos quedan preciosos. Te da la sensación de que puede hacer lo que quiera con su voz, y le da un toque "russian" a cualquier canción que la convierte completamente suya. Fue un concierto muy especial.

Este, en cambio, a mi no me lo pareció tanto. Primero salió Jero Romero. Yo pensaba que el concierto iba a ser de los dos juntos, pero solo coincidieron en dos canciones, el resto fue separado. La espera se nos hizo larga. El disco de Jero Romero (http://jeroromero.com/), Cabeza de León, no está mal. Además transmite buen rollo cuando canta, se ve que lo disfruta y se divierte. No nos disgustó, pero no íbamos a verle a él, así que se nos hizo muy pesado al ver que no terminaba nunca... Y por fin salió Lourdes.


Más guapa que la otra vez, eso sí. Pero más sosa también (y eso que no es que sea la alegría de la huerta).



Empezamos mal, porque en las tres primeras canciones se versionó a sí misma con canciones mucho más musicales y "cañeras" y no nos gustaron nada. Estábamos temiéndonos lo peor cuando (menos mal) volvió a su ser, y tocó como siempre. A mi me encantaron Cigarettes, A hat (qué bonita es) y sobretodo Conquer the World, que me pone la piel de gallina.


Me faltaron Brave Soldier y alguna otra que sí que tocó la otra vez.
La acústica aquí era peor también, estaba a todo volumen, se oia muy muy muy fuerte y a ellos había veces que no se les entendía. Quizá fuera también porque estábamos en la planta de arriba y los altavoces quedaban cerca.
Una pena que estuviera medio vacío, no entiendo muy bien por qué... con lo que le gustan estos cantantes a los modernos.

Al final me fui contenta porque vi a Asier Etxeandía (Ay omá qué rico!!).

domingo, 8 de julio de 2012

Superhero party!

El sábado por fin monté la fiesta!

Dejo algunas fotos de la decoración... la verdad es que quedó chulo pero maaaaaaaadre mía, lleva mucho tiempo y muchos nervios. Me habría gustado hacer muchas más cosas, pero a los días les faltaban horas y a mí manos.

Para las máscaras, encontré la plantilla de tres (Capitán América, Thor, Ironman) en http://a.family.go.com/, y la de Catwoman y La mujer Araña las hice basándome en la de Capitán América. La de Ms. Marvel sólo era recortar una cartulina negra, no tiene mucha historia.

Esperando a los superhéroes...

Capitán América
Ms. Marvel e Ironman

Thor

Catwoman

La mujer Araña

Wonderwoman


Lo de los cuadros era un puntazo, ambientaban mucho! Además hice con cajas unos edificios de colores con ventanas parecidos a los del cuadro y que decoraban el fondo del salón.


Las banderillas las hice con un par de comics que compré, adornaban mucho también!

Para la cena no me compliqué mucho porque íbamos a cenar unas pizzas. Un cubo con hielo y botellines, nada más fácil para hacer felices a mi puñado de superhéroes! Sólo hice unos conos con hojas del comic para poner patatas dentro (me he dado cuenta - tarde... - de que no les hice fotos... ) con unos pinchitos para cogerlas. Pop!

Pop!
Otra cosa que ayudaba mucho a meterte en el papel eran los típicos Ouch! Pow! Zas! Bam! Boom! Dieron mucho juego en las fotos.



Cómo podía faltar en una fiesta como esta una Pink Lemonade? Bien rica :D

Pink Lemonade
 Y por fin llegaron los superheroes!!
Mis superhéroes
La fiesta fue genial, gracias a todos por participar y hacer que fuera tan divertido... Os quiero mucho!!!

viernes, 6 de julio de 2012

Vooolaaareee, uoooooooo!!


No sé cuántos de vosotros tendréis miedo a volar. 



Para mí, el avión es una máquina de matar. Antes no me pasaba esto. Recuerdo viajar entre Madrid y Barcelona con mi hermano solos desde muy pequeños y me encantaba.

Y entonces llegó Lost. Parece una tontería, y quizá lo sea, pero desde que vi esa serie me posee el terror más absoluto cada vez que tengo que subirme a un avión. Me agarroto, estrujo la mano a César, dejo de verle y oírle y solo oigo los ruidos del avión. Todos, hasta los que no existen.

Encima, siempre voy en ventanilla, por si veo algo. Algo. No sé el qué. Es como cuando miras debajo de la cama por si hay alguien. Y el día que haya alguien, ¿qué? Pues lo mismo que el día que vea algo por la ventanilla del avión.

La primera vez que me pasó fue volando a Granada. Yo no me lo esperaba, nunca me había pasado ni había sentido miedo antes ni durante el vuelo. Pero fue encenderse los motores y entrar en crisis. Se me desencajó la cara y César tuvo que ponerme los cascos con música alta para que yo no oyera los ruidos del avión. Todo el viaje así.

Es aún peor cuando volamos sobre el mar. No solo podemos estrellarnos. Es que se nos comerían los tiburones. El verano pasado fuimos a Fuerteventura. De la ida no me acuerdo, yo creo que me pongo tan nerviosa y sudo tanta adrenalina que entro en un estado de semiinconsciencia y luego soy incapaz de recordar nada. Pero la vuelta… ay la vuelta... Al despegar, entre todos los ruidos que se oyen y los que además solo oigo yo, dejé de oir un motor. Ya estábamos bien alto, pero se paró. Así sin más, dejo de oírse. Sé que me pongo blanca, porque lo noto, siento el cosquilleo de la sangre desapareciendo de mi cara. Sé también que empecé a repetirle a César que se había parado un motor. ¡¿¡¿¡¿Es que solo me doy cuenta yo?!?!?! Yo veo a César mover los labios, pero no le oigo. ¿¡¿Y las azafatas?!? ¿¡¿Es que nadie va a hacer nada?!? Se ha parado un motor, vamos a morir. Para entonces, el tono de mi voz debía haber subido lo suficiente como para que César se pusiera nervioso, no por lo del motor, sino por lalocaquenodejaderepetirquesehaparadounmotor. Seguía sin oírle, pero cuando ya me sujetó por los brazos y me obligó a sentarme bien (porque debí levantarme en algún momento de la crisis), empecé a oírle. Que me callara, y que me sentara. Él también lo repetía muchas veces, muy serio, y debía llevar un rato. Y va y me dice que el avión planea. Ja. Que planea dice! Mejor me siento. Y me callo.

En dos semanas me marcho otra vez a la playa. Estoy barajando la posibilidad de meterme un Lexatin o un Orfindal pal cuerpo y desmayarme en cuando me siente. Con un poco de suerte, antes.