jueves, 21 de junio de 2012

Noche de caza


Los insectos no me gustan. Pero es que en especial las polillas me provocan un pavor irracional. Yo sé que no tiene ningún sentido. Las otras dos criaturasterroríficas que me hacen sentir esa sensación son los tiburones y las avispas/abejas/similares, pero éstos por lo menos muerden o pican. Lo de las polillas es inexplicable, no hay nada más inofensivo. Pero no puedo.

Anoche entró una en mi casa. Cada vez que esto ocurre la noche se convierte en una fiesta que termina en festín para mis gatos. Suelen cazarla en unos minutos y se acabó. Pero anoche no.

01:00 a.m. Me meto en la cama. Mis fieras aún no han cazado a la polilla. Por eso, tengo mucho cuidado con las luces y las puertas, para que no se cuele en mi cuarto. Es enfermizo, hasta el punto de preparar la ropa del día siguiente a oscuras para que no se cuele luz por la rendija de la puerta y esté acechándome. Muy cómico. Cuando termino, abro la puerta como 1 centímetro, saco los morros y le lanzo a mi madre un beso mientras cierro y me precinto. He llegado sana y salva a la cama. La habitación es un recinto estanco. Persiana bajada, sí. Luz apagada, sí. Tapada hasta las orejas por si acaso, sí. Bien.

03:54 a.m. Fiesta. Mi gato me acaba de arrancar media oreja con la pata de atrás mientras hacía un salto mortal. Le veo en cámara lenta volando por encima de mi cara, en 3D. El gordo está en mis pies, maullando como si fuera una oveja: meee, meee, meee. Mierda. Me incorporo del susto y pego cuatro gritos de esos como si hablaras bajito pero forzando para que noten el tono de enfado. Ni caso. Les empujo fuera. Hasta ese momento no me doy cuenta de lo que está pasando. Qué hacen los gatos en mi cama? Por qué hay tanta luz? Miro hacia la ventana, la persiana está subida. Mal. La puerta está abierta. Mal. Los gatos en mi cama, Kirtash saltando por encima de mi cabeza, el maullido de Berto…y entonces hilo cabos: ese maullido es el de caza. Estoy en estado de shock. En ese momento, mi madre aparece cual guerrero intergaláctico, fluflú en mano. Mi madre con el fluflú es como con la laca, se le queda el dedo pegado y está vaporizando 10 minutos. No puede parar. Mientras, intento decirla que no, que no haga eso, que lo que sea que es va a caer muerto en mi cama, pero ella solo debe ver moverse mis labios, embriagada por el olor a insecticida. Y de repente todo está en silencio. Los gatos no están, lo que interpreto como que el IVNI se ha marchado de mi cuarto atufado por mi madre. Del subidón de adrenalina caigo inconsciente en la cama.

05:07 a.m. Entre sueños oigo ruidos, pero no soy capaz de distinguir si son reales o no. Miro el reloj. Aún me queda hora y media. Parece que la batalla tiene lugar en el salón. Y debe ser a muerte a juzgar por el follón que están montando. Tiro de la colcha, meto la almohada y la cabeza debajo. Si no puedo precintar la habitación me precinto yo. Me duermo.

06:45 a.m. Suena el despertador. Pienso que todo ha sido un mal sueño… hasta que salgo al salón. La butaca está volcada en el suelo, la tablet tirada también. Los cojines del sofá desperdigados por el salón, parece que han estado saltando sobre él toda la noche. Ni rastro de las fieras. Acabaron con ella. Son cazadores natos. Les odio por la nochecita que han dado, pero estoy orgullosa. Así que me meto en la ducha... Nada me hacía presagiar lo que estaba a punto de ocurrir. Tuve una experiencia similar, hace unos años, pero a esas horas no se me ocurre pensar en ella para tomar más precauciones. Al salir de la ducha me visto y me seco el pelo. Cuando estoy a punto de salir, abro la ventana del baño. Y entonces la veo pegada al cristal, por fuera.  Tarde. La ventana se abre hacia dentro, así que ahora está dentro del baño. Es eeeenoooooormeeeeee. Oscura. Suelto la ventana y de un salto estoy en la puerta. No puede ser, joder. Otra vez no. Y entonces me transformo, me deslizo sigilosamente hasta la ventana. Soy un ninja. Mis sentidos se agudizan, mis movimientos son precisos. Lástima que no soy valiente. Si lo fuera la habría desintegrado de un zapatillazo, pero he cerrado la ventana rápida y suavemente y he huido. Que la mate otro.  

Luego llamaré a casa para ver si han podido con ella…

1 comentario:

  1. Primita, tú sabes que Brad Pitt, tú y yo somos polillofóbicos?. Yo he llegado a domir en el baño (sí, tirada en el suelo) porque había un mounstruo volador en el salón y no me dejaba ir a mi cuarto. Te entiendo muy bien. Te llevo años de ventaja. Y sólo puedo decirte que sueño con el día que esos bichos desaparezcan de la faz de la tierra.

    Un beso desinsectado

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