miércoles, 1 de agosto de 2012

Reggaeton


Esta mañana me he comido un atasco del quince en la M-40 pero no me he aburrido, porque un coche que estaba parado a mi lado, con las ventanillas subidas (suertudo con aire acondicionado) temblaba al ritmo de alguna canción que no he podido reconocer pero que era al 100% reggaeton.

Yo es que no sé qué me pasa con el reggaeton, pero es escuchar una canción y se me van los pies.





Muchos sabéis que no es que tenga precisamente un don para el baile. Tengo ritmo, pero lo que no tengo es coordinación. Cero. Mover a la vez la mano izquierda y el pie derecho requiere el uso de partes del cerebro que yo no tengo. No os cuento cuando entran en el baile más partes de mi cuerpo, como la cadera, el culo, el cuello o los hombros. Demasié. Y no será porque no lo intento, que no es la primera ni la segunda vez que alguien me pillará infraganti delante del espejo marcándome un baile de lo más… me gustaría decir sensual, pero para ser fieles a la realidad es más bien cómico. Me gusta mucho bailar, o intentarlo. Yo veo el videoclip en repetidas ocasiones y grabo a fuego en mi mente cada movimiento. Parece fácil. Más aún cuando tienes un novio que baila genial y hace que todo parezca natural. Yo me pongo, pero los resultados son nefastos (aunque hay un movimiento de Shakira que es que lo bordo, y el musical de Grease ni os cuento, ya le dedicaré un post, porque es que hago de John Travolta que no veas…). Mi pasos estrella son, ya lo sabéis:


en 00:09 y 00:12 me podéis ver en mi salsa.

El reggaeton es un género que en condiciones normales no soporto. Es decir, no me grabaría un disco, ni aguanto más de dos canciones seguidas, ni  puedo con ello cuando me obligan a escucharlo en el metro o el tren. Pero la noche me confunde, y como suene reggaeton me pierdo. Es que la música empieza a vibrar dentro de mí, los pies me arrastran, las caderas se me desencajan, y los hombros se vuelven locos para hacer unos movimientos que debería ser sexies pero son de lo más ridículos y me encantan!!! “Eeeeeeeeeey felina”, “Tiene tremendo culo” y buenobuenobueno sobre todo el “Hasta cuando no lo vas a entendeeeeeeer”… es que se me erizan los pelos de los brazos y me entro en una fase de conversión a mamichula en la que se me cambia la cara, se me contorsiona el cuerpo, y hasta hablo sssesssseando mi amooool.

No recuerdo una noche en que haya oído esas canciones y no me lo haya pasado bien…

Ays… 

A ella le guhta la gaaaasooooliiinaaaa
Dame mah gaaasoooliiinaaa...

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