miércoles, 8 de agosto de 2012

Gato cabrón

Tú sales de trabajar. Coges el coche que lleva 7 horas a la solana del mes de agosto (40º). Hoy no vas directa a casa, vas a recoger a tu madre. Al centro. A las 3 de la tarde. Sin comer. Sin aire acondicionado y con 40º a la sombra.  Vaqueros largos, Converse y camiseta de manga corta. Muy bien. Para colmo de males, te llama tu madre a la hora que habíais quedado diciendo que está en la cola de Zara y en un momentín llega (los momentines de mi madre no son menos de 15 minutos. Nunca). Te pones a callejear para encontrar sitio (JA!). En una mano el abanico, en otra el movil...  Conduzco con tres dedos. Estoy sudando como un pollo. Las tripas me rugen. Me voy a metamorfosear a Hulk otra vez, lo estoy notando...

Por fin aparece y se sube al coche. Gruño.

Llegas a casa más muerta que viva, la camiseta chorreando y con un hambre que te comerías...

...se te corta la respiración...
... un gato. 

Y a juzgar por el estropicio, un gato gordo. Como este...


Es la segunda vez esta semana. Yo le mato.

Abro del todo el cajón, por si está durmiendo dentro y le pillo con las manos en la masa. Pero no. Aún así, está todo lleno de pistas. Todo revuelto, como si hubieran escarbado. Pelos grises en la ropa. Elemental, querido Watson.  

Voy a hacer que confiese...

Salgo de mi habitación como una flecha. Kirtash estaba mirando desde la puerta, curioso. Como regodeándose. No ha sido él. Berto, según me ve salir de la habitación, corre despavorido. Ajajá!, te pillé. Es un gato escarbador. Le gusta meterse entre la ropa.  Ha esperado a que nos fuéramos. Ha empujado la puerta corredera del armario. Ha estirado del cajón.... et voilà!

Se esconde debajo de mi mesa. Le dejo ahí mientras doblo todo, regañándole como a un niño... como te coja te voy a poner el culo como una pandereta, frase típica de mi madre. Sé que me entiende, por como me mira. 

Ahora mismo, me lo comería asado. O a la plancha. O en cocido. 

Le cojo en brazos y finjo que le como un muslito de esos gorditos que tiene hasta que maulla pidiéndo clemencia. 

Si no fuera por esa carilla de pena que pone... 

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